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El proceso de edición de un facsímil

Comprende todos los pasos desde la decisión de qué documento o libro reproducir hasta la obtención física de los ejemplares. En este artículo enumeraremos los pasos, y en los enlaces explicaremos en detalle cada una de las fases.

Elementos de una edición facsímil

La edición completa de un facsímil puede estar compuesta por los siguientes elementos. Que elijamos unos u otros dependerá de los fondos disponibles y de las características del original:

Facsímil o reproducción del libro o documento original (normalmente antiguo).
Estudio académico del original, que suele estar publicado en formato de libro o cuadernillo, según el dinero del que se disponga para hacer el trabajo.
Soporte audio en el caso de que el facsímil sea de un libro de música o partitura. Por ejemplo un cd.
Expositor del facsímil para exhibirlo bien de forma pública o en nuestra casa.
Estuche, carpeta, funda o cualquier elemento de presentación del conjunto de la edición.

Los trabajos para realizar el facsímil o reproducción

Puede solaparse en ocasiones, pero establecemos esta cronología de actuación:

Elegir un códice, incunable, libro antiguo o documento antiguo para su reproducción.
Analizar el documento antiguo.
Fotografiar el original.
Elección del papel.
Preimpresión.
Pruebas.
Impresión en cuatricomía.
Impresión serigráfica.
Impresión de dorados o plateados.
Encuadernación: Doblado, alzado, cosido, encolado, fabricación de tapas.

El estudio académico del documento antiguo

Suele ser encargado a un doctor especialista en el mismo. Debemos averiguar quiénes pueden hacer un buen trabajo integral:

Estudio paleográfico, en el caso de manuscritos.
Estudio tipográfico, en el caso de libros antiguos impresos.
Estudio iconográfico, para los libros iluminados con imágenes.
Estudio del tema tratado por el libro: historia, medicina...
Estudio bibliográfico del libro o documento, comparado con otros del autor y/o de la época.
Transcripción del texto original en nuestra tipografía actual.
Traducción a nuestro idioma o idiomas a los que va dirigida la edición.

El expositor del facsímil

Es un elemento muy útil tanto para las entidades públicas como para las personas que deseen en algún momento exhibir su edición en una exposición más o menos permanente. Es bueno que el expositor de un facsímil tenga las siguientes características:

Que sea transparente e incoloro.
Que permita ver con sencillez la parte abierta del libro, pero también la encuadernación en la parte trasera.
Que esté fabricado en un material con filtros contra los rayos ultravioleta, para que proteja los colores del deterioro de la luz.
Que muestre los datos básicos en una plaquita metálica visible: título, autor, año...
Que tenga una tapa que permita extraerlo con facilidad para poder ojearlo.

El estuche, carpeta o funda de un facsímil

Tiene la función de protección de la edición cuando no está siendo expuesta. Así pues, según el tipo de documento podemos hacer un tipo de protección u otra. Por ejemplo:

El estuche o la funda son adecuados para los libros. En ocasiones el estuche o la funda pueden alojar dentro el libro de estudios u otros elementos de la edición, como un cd. La diferencia entre el estuche y la funda sería que el estuche dispone de tapa que se abre a modo de libro, y la funda tiene un hueco dentro del que se desliza el facsímil que estamos conservando. Su elaboración puede ser realizada con materiales que existen en el mercado para la protección contra insectos, bacterias u hongos. En ocasiones el estuche o la funda son también antiguo, por lo que será un valor añadido a la edición reproducir también este original.
La carpeta se utiliza a menudo para facsímiles de documentos que consisten en hojas sueltas, o dípticos, que no están encuadernados, es decir, carecen de protección en su elaboración original o la han perdido con los años.